viernes, 7 de junio de 2013

El médico y la botica


Buenas mis niñas lindas, hoy fui al  centro salud y llegué valdá hijas mías. Me tocó ir ar medico porque tenía que repetir las medecinas, o como digo yo ir al taller. Porque ya las ruedas van fallando hija mía.
Me puse mi traje negro, mis medias tupias y la toquilla porque yo todavía mantengo el luto por mi Paco, ay que Dios lo tenga en su gloria al pobresillo. Cogí er monedero pa después ir a la farmancia porque con esto de que tenemos que pagar por las medecinas esto es un robo, mal rallo les partan los josicos a los de cuello y corbata. Yo quitaría a unos cuantos y daría de comer a más de uno. El borrego (monedero) me lo pongo en el sostén y ahí no me lo quita nadie quería porque viene cualquier muchacho de esos que se drogan y beben y desalan a una toita mujé.
                                                           
Pues me puse er bolso bajo el brazo y tire pal médico. Cuando llegue estaba aquello lleno gente del barrio, estaba Paco Antonio el del bar de Carmencita, Lola la barquera  (a ella y a la familia le dicen así porque vendían pescao por las calles), estaba también Lala (Candelaria) la de Maruquita, y mi hermana Aurelia que me la encontré allí alegando con mi prima Nicolasa. Al entrar les dije buenos días a las niñas.
Me senté al lado de mi hermana y de mi prima y empezamos a hablar con las vecinas. Juana la reonda (le decimos así porque esta gorda la pobre por el tiroides) que Pepillo el de Maestro Pascual se había muerto. Ave Maria purisima fuerte impresión me dio porque Pepillo es de mi misma quinta, oh no me descompuso las madres. Despues caí en cuenta que faltaba Agustinita y digole yo a las que las muchas: chiquillas ustedes han visto a Agustinita que no está por aquí jiesus estará mala la pobresilla.
Me llamo el médico y entre. Na más sentarme va y me dice con ese josico que tiene echao pa´ lante ¿qué le pasa ahora doña Fefa?. Aquello me hirvió la sangre y voy y le digo: jiesus don Francisco ni que yo estuviera detrás de usted, él se rió y me dijo es usted er diablo Fefilla. Er médico no es malo sino de rabo tosniao y a mí, una es muy buena pero le tiro las puntas con gracia. Digole yo a don Francisco, mire usted me haría er favor de repetirme las medecinas. Yo nose pa que me manda tantas si yo estoy como una rosa. Solo me tomo dos o tres na más. Una pa la circulación, otras dos pa la tensión, otra pa los huesos que los tengo echo gofio, un sobre pa la memoria pa que no se me vaya mucho er tino, otra pa  el azúcar que me dio tras la muerte de mi marido.
Pues don Francisco me firmo la receta con esa letra que no se entiende nada aunque me ponga las gafas de cerca mujé. Ya mi hermana había salido de la doctora que a ella le pertenece y nos fuimos juntas pa la farmancia.
                                                           
Al llegar a la farmancia de don Eusebio la chiquita tan mona que tienen despachando que por cierto le dije a mi hermana esa es la hija de Paquita la del pozo, la de Antonio Sánchez.  La muchacha me empezóa a sacar la compra del mes y me dice: Fefa ahora con los nuevos medicamentos genéricos a cambiado las cosas. Chacha cuando empieza la muchacha a sacarme pastillas nuevas, de nuevos colores me destartalo todita. Que si una carveli… nose que, acido aceltisicilico de ese me desale toa. Digole yo, tú me das a mí los de toda la vida, mi pastilla blanca y naranja pa la circulación, la otra redonda chica pa la tensión y la pastilla grande marrón pa las venas.  Que sino vuelven loca a una y no se sabe ni lo que se toma, agita termino de tantas medecinas. Cuando termino de despacharme me fui con mi hermana pa la casa y nos tomamos un cafesito y un trozo de queque que hizo mi sobrina Carmela. Mi hermana que es más buena me dijo Fefilla quédate a comer hoy si no tienes comida. Yo le dije ay Aurelia mi niña te lo agradesco en el alma pero voy pa ca mi hija Fidela que me hizo un rancho tan rico y a ver a mis nietillos.
                                                  

Pues después de esto me recogió mi nieto el mayor de Fidela. Esta hecho ya un galletón no se sacó el casné y tó ahora entra a la universidad. Se llama Jonas que bueno es mi niñito del alma que me quiere con locura. Yo siempre le doy algo pa cuando salga porque ya esta mirando pal cañizo pa que invites a la muchacha.
Mis niñas las dejo que voy a guisar el beletén que me trajo mi hijo er más chico pa comernos una escudilla de beletén con gofito millo. Coman bien y no estén comiendo muchas porquerías. Echen por la sombrita. 
                                             

No hay comentarios:

Publicar un comentario