Bajamos del barco con el coche visitamos un poco Santa Cruz y nos tomamos un café, y nos fuimos pa La Laguna. Que bonita es, si parece Teror pero en grande mis hijas, llena de balcones y las casas típicas a mi me encantó. A mi lo que más me gustó de todo fue cuando entro en la Iglesia del Cristo y lo veo allí, en lo alto de su altar con esa cara tan linda que tiene, yo me emociono mis hijas, porque veo el sufrimiento que padeció el Señor por nosotros y ya le gente de hoy en día ni va a misa, es una pena mis hijas. Me gocé la misa de doce con mis nietos, mi hijo y mi nuera. No fuimos todos los de la familia porque mis hijos trabajaban. Mi hijo Paco siempre coge las vacaciones finales de agosto mediados de septiembre por eso fui con él.
Y a todo esto, yo me pongo aquí a alegar como una boba, y yo hoy les iba a hablar de mi padre, que Dios lo tenga en su gloria. Ay mi padre, bien lo echo de menos. Me acuerdo como si fuera hoy de verlo, con su bastón y el cachorro canario en la cabeza. Era un hombre alto y bien parecido mis hijas. La persona más honrada que yo conocí en mi vida, junto a mi marido que en paz descanse. Me acuerdo que el día de Reyes, como era carpintero nos hacía unos mueblecitos de madera, a mí y a mis hermanas. También recuerdo que nos daba una naranja china como regalo. Mis padres nos decían que los Reyes Magos entraban por el ojo de la fechadura en las casas a traer los regalos. Y nosotras decíamos, como es posible que entre los camellos y todo por ese abujero tan chico. Pues cogimos mis hermanas y yo y nos escondimos esa noche debajo de la cama de mis padres y así descubrimos que los Reyes no existían. Los Reyes de antes no son lo de ahora que tienen de todo y lujo nosotras eramos detalles pero una ilusión.
Mi padre combinaba la carpintería con la cría de animales, mientras mis hermanos, mi madre y yo trabajábamos la tierra. Me acuerdo una vez yo ya era una mocita, una vaca que tenía le dio a mi padre con la pata. Nosotras eramos a desalarnos porque pensábamos que se iba a morir del golpe pero gracias la Virgen del Pino bendita, todo quedó en un susto.
Mi padre era una persona muy respetada y como era el carpintero, en el barrio todo el mundo le encargaba las cajas y yo me acuerdo de ver a mi padre haciendo los ataúdes que luego forraba con telas de distintos colores dependiendo de quien se muriera. Si era una mujer o hombre casado, se forraba de tela negra, si era solterones como se decía antiguamente de blanco y los niños antes de hacer la comunión la caja era blanca. Aparte de eso mi padre era bien entendido, sabía leer y escribir no con soltura pero se defendía porque el siendo joven emigró a Cuba y volvió, cuando se casó con mi madre. Yo tendré que tener hermanos y sobrinos por Cuba seguro, porque estuvo por allí unos años buenos. Un hermano de mi padre murió en el barco Valbanera que iba a hacia Cuba y se hundió cerca de la capital.
Mi padre era una persona muy buena pero también era una persona muy educada, de ferreros valores y un poco rigido con la educación. Mi padre iba a misa a las 5 de la mañana pa luego ir a dar a comer a los animales, ordeñarlos y al mediodía volvía a mi casa. Nosotras teníamos gallinas, un par de cabras y una vaca. Después plantábamos millo pal gofito, papas, cebollas y más cosas. Siempre nos decía: mis hijas cuando se vayan a casar tengan una cosa clara, con la cuchara que cojan comen.
Una cosa que no voy a olvidar nunca en la vida, mi padre se llevaba muy bien con el cura y lo ayudaba siempre que podía y al pueblo. Pues cuando tuvo que hacerse unos bancos pa la iglesia de Santo Domingo, el cura se lo encargó a otro cura y eso a mi padre no le gustó. El decía que el no quería confesarse con ese cura cuando se muriese y el día que se murió llegó un nuevo cura de Artenara y lo confesó y murió tranquilo. Mi padre era un santo, hasta pa morirse no dio lata. Fijense ustedes mis hijas los dos hombres de mi vida a parte de mis hijos que los quiero como los dedos de mi mano, han muerto de infartos.
Pues que les digo mis hijas voy a comer un puchero que estan a punto de llegar mis hijos y mis nietos a comer. Ya tengo los yogures y natillas y los refrescos pa mis nietos. Mis hijas Dios y la Virgen del Pino las guarden y llenense las barriguitas que como decía mi padre: de la muerte a la vida la comida.
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