martes, 20 de febrero de 2018

La Guerra Civil

Buenas mis niñas lindas, ahora que ya tengo el caldo papa al fuego, que con estos fríos apetece algo caliente que asiente la madre y nos caliente. Yo les soy clara mis hijas ya con la edad que tengo no me apetece estar comiendo potingues de frituras y cosas de esas que les gusta a la polleria, que si piza, hamburguesas y a saber que le echan a esas comidas. Pero mis hijas hay que comer potajitos, caldos verdura y fruta que al cuerpo le hace falta. Yo veo a la juventud de hoy gordos como cochinos y yo pensando ay mis hijos sus madres y abuelas no les dan de comer cosas sanas, y claro  si ya pones la tele ves a gente con 300kilos. A mi me da pena esa gente que se desbarata. Yo se que tampoco estoy muy delgada, pero ya con la edad y después de haber traído tantos hijos y la menopausia engorde unos kilos de mas pero intento cuidarme, porque sino después a ver quien coje mi caja si me pongo como una albacora. Mi sobrina esta la pobre gordita, pero eso la pobre es porque tiene el tiroides y la comida le sienta mal y engorda mas. Digole yo, ay mi niña pero si tu no comes tanto pa estar así, y ella me dice es verdad tía el tiroides. Pero esta vida es así, hay que ir llevando lo que Dios nos da.
Por cierto ayer limpiando los cajones de la cómoda de mi habitación encontré los papeles de cuando licenciaron a mi marido del servicio militar después de acabada la guerra.  Estuvo en el servicio militar desde el año 1938 hasta 1955 cuando licenciaron según estuve leyendo en los papeles que le dieron. Estaban firmados en Las Palmas por el Coronel Primer Jefe del Regimiento de Artillería de Costa de Gran Canaria, Don Antonio Guerra Gómez. Todavía recuerdo yo pero poco cuando se llevaron a mi marido.  Fuimos a la plaza de Juncalillo porque también ese mismo día se llevaron al hermano pequeño de mi madre Juan pa la guerra. El probesito murió en la guerra. según le contaron a mi madre, que llevaban día sin beber agua y encontraron un pozo y el agua estaba envenenada por cadáveres y murieron de tifus o algo de eso. Mi madre lloraba desconsoladamente y decía: maldita guerra esta, que enfrenta y mata a hermanos contra hermanos. Mi tio era jovencito un par de años mas viejos que mi marido. A saber si mi tío estará en el valle de los Caídos enterrado, porque la caja de mi tío nunca volvió a la isla se quedó en la península. Ay mis hijas, la guerra trajo muchas desgracia y tristeza a todos. Otro caso que yo oí de refilón pero como era una niña no hablaban delante de mi, me enteré años más tarde, hablando con mi tía Teodosia. Mi tía estaba casada con mi tío Manuel que era carnicero y vivían en Agaete. Pues durante la guerra, la falange o los de las camisas azules y boinas rojas como le decían, sembraban el terror llevandose a la gente y los tiraban a los pozos como perros, ellos decían y eso lo llegué a escuchar yo durante la dictadura, que había que librar a España de la lacra que eran los rojos, comunistas y masones. Pues a mi tio que tenía ya a sus 6 hijos en el mundo con mi prima Carmensa de meses, la mas chica, se lo llevaron. Lo hacían de madrugada y sembraban el miedo. Los hombres que podían escapaban al monte y se escondían pa que no los matara. Mi tia me contaba llorando como si hubiera pasado la noche anterior. Como casi echan la puerta abajo aquella noche y se llevaron a mi tío Manuel acusado de ser rojo. Creo que esto fue poco después de acabada la guerra en el 39 o 40. Desde aquella noche mi Teodosia no supo nada más del marido, lo matarían a sangre fría con un disparo en la nuca y lo tirarían a algun pozo cerca de Agaete. Decía mi tia que aquella noche se llevaron a más hombres y los llantos y gritos se oían por toda la calle.
Les voy a contar una historia que se me quedó grabada y me puso la carne de gallina cuando me la contaron. Estando yo trabajando en los almacenes de Don Juliano, el encargado Juansito, siempre estaba pasandose la mano por la cara como si se quitara algo del cachete. Y digole un día  a mi compañera Carmelita, haciendo cajas: Carmelita y porque Juansito siempre está como limpiándose la cara. Y me contó. Resulta que durante la guerra civil, se llevaron en un camión a un monton de hombres pa darles el paseillo como se decía, y cuando estaba Juansito bajando a uno de esos pobres infelices que iban a matar, uno de ellos, le escupió en la cara.Y el pobre Juansito que era mas bueno que el pan se quedó con esa cosa pa toda la vida. Mi marido me decía que cuando se templaba, se ponía a llorar diciendo yo no quería matarlo, me obligaron si no me mataban a mí.
No quiero ni acordarme de esas cosas, porque me añurgo se me pone un nudo en la garganta. Mi marido Paco me contaba que el estuvo muchos años en la península y se iba moviendo con su cuadrilla de un sitio al otro. Me decía aunque no hablaba mucho porque no le gustaba recordar esas cosas. Fefilla tu sabes lo que es correr por el campo de batalla con tu amigo y que lo maten de un disparo, verlo muerto y tener que seguir corriendo pa salvar la vida. Me contó también cuando entraron en Barcelona, y se mató a muchos anarquistas, comunistas . Yo como no me enteraba de politica, le pregunté y ¿que son los anarquistas, Paco?. El me dijo son gente que no sigue a nadie, ni hace caso al Estado, ni a la Iglesia ni a sus familias.




Cuando se llevaron a mi marido y a mi tío Juan, se llevaron también a montones de varones jovenes del pueblo, y recuerdo ver a las madres, hermanas, esposas llorando y agitando pañuelos blancos despidiendo los camiones que se llevaban a sus hombres y no sabía si los volverían a ver o no. Mi madre siempre estaba pendiente de si llegaban cartas desde la península de mi tio. Llegaban a la escuela las cartas desde Gáldar, que las mandaba Falange. Cuando se llevaban así a los hombres se llamaban las levas o los reclutamientos de caja o algo así me llegó a decir.
La Guerra en Canarias no se vivió yo no recuerdo pasar penurias porque mi padre tenía sus tierras y animales e ibamos escapando. Lo que si hubo fue el miedo a que se llevaran a tus hijos o maridos, porque alguien los acusaba de rojos, solo por maldad o envidias, asi hubo muchos casos. Me acuerdo que cuando acabó la guerra, vino la posguerra, y Franco mandó cerrar el puerto de Las Palmas y en las tiendas apenas había nada, ni azucar, café, ni telas. Me acuerdo de ver a madres con sus hijos en los brazos pidiendo de puerta en puerta por una escudilla de leche y gofio con la que dar de comer a su hijo. Ay mis hijas no quiero ni acordar, no se puede dar marcha atrás ni pa coger impulso.
Otro día les hablaré de la Sección femenina que yo llegué a ir a alguna clase donde nos enseñaban a ser buena esposa, cristiana y madre. Pero ese cuento es pa otro día que miren la hora que es y yo sin acostarme. Jesus,María y José benditos. Me voy a la  cama, yo cené la lechita y gofio. Ahora me quito la dentadura la lavo, y rezo a Dios y la Virgen, por las ánimas del Purgatorio y por la Cristiandad. Pues que les digo chiquillas, salud y suerte.
























No hay comentarios:

Publicar un comentario