Buenas mis niñas lindas ¿como andas mis hijas?, yo bien un poco molida de tanto trajín pero bien. Que hace tiempo que no hablo con ustedes, pues esto fue que mi hija Pino Mari me sacó un viaje a Madrid por sorpresa pa ir a ver a mi nieto Luis que está estudiando periodismo, y estaba antojado y con ilusión de que fuera a verlo. Yo al principio no quería ir, porque yo me había montado en avión pero pa ir a Tenerife en el Binter, pero nunca había ido a la península y estar tanto tiempo en un avión me daba respeto. Mi hija me dijo: mamá tengo una sorpresa y me pone delante los billetes y digole yo ¿y esto Pino? te vas de viaje con tu marido, lo mejor que haces disfruta. Me responde: no mamá te vas conmigo que Luis trabaja, y Luis quiere que vayas. Jesus bendito, yo despues de vieja salir de viaje tanto tiempo. Yo le dije, pero Pino yo tengo mis obligaciones aquí, como regar los matos, recoger a los niños del colegio. Pero ella insitió y bueno pa allá me fui.
A las 5 de la mañana nos llevó mi yerno Luis al aeropuerto. Yo apenas pegué ojo durante la noche de los nervios. Antes de irme a la cama me tomé dos valerianas y una tila a ver si me calmaba un pisco. Se pueden creer ustedes mis hijas, una mujer echa y derecha teniendo miedo a volar, después de todas las calamidades y esfuerzo que ha pasado una y tenerle miedo a eso. Chacha, como ha cambiado el aeropuerto enorme, si me dolía las piernas de caminar hasta llegar a la puerta pa coger el avión. Recuerdo antes cuando solo estaba la parte vieja, aquello nos parecía pa nosotros algo nuevo. A mi me ofrecieron ir a trabajar limpiando al aeropuerto, estando ya casada viviendo en Telde, y me acuerdo mi madre me decía: ninguna hija mía trabajará en el aeropuerto que allí solo trabajan las putas, miren ustedes las brutalidades de antes. Si hubiera ido, viera sido gobernanta y me hubiera retirado con una buena paga, pero esto es la vida.

Pues nos montamos en el avión, las azafatas muy simpáticas nos dijeron donde sentarnos y me senté con mi hija. Antes de despegar la azafata empezó a decir las normas de segurdidad, que si los chalecos salvavidas, que si caimos al mar, mira me entró una angustia. Digole a Pino, ay Pino y si esto cae nos matamos y pa que queremos los chalecos y tanta explicación. Ella me dijo: mamá tranquila esto es por rutiuna pa que la gente sepa que hacer, y parece que me fui relajando. Era la primera vez que me montaba en un avión tan grande. de gente que llevaba ese avión un asombro. Pues na empieza a caminar por la pista el avión y despega. Yo me encomende a todos los antos del cielo, Cristo y la Virgen pa que aquel cacharro tan grande despegara bien y todo fue bien.
Sobre las 11 por ahí llegamos a Madrid y ya empezaba a notarse el calorcillo, aunque yo siempre me llevo mi rebeca por si se ofrece. Allí estaba en el aeropuerto mi nieto esperándonos, que alegría mis hijas cuando lo vi, me hinche a llorar como una boba de la emoción. Y mi nieto porque lloras abuela, y yo por na mi niño de las ganas que tenía de verte. Ay este niño se crió en mi casa como aquel que dice. Dice vamos a coger el tren. Pa mi aquello todo era nuevo, un aeropuerto enorme, lleno de gente. Pues mira el tren es como si fuera una gran guagua y cómodo que da gusto enseguida nos pusimos en Madrid. Allí le llaman cercanías o algo de eso no recuerdo bien. Desde el tren empecé a ver los edificios altos preciosos de cristal, y yo diciendo de esto no tenemos en Las Palmas y una se asombraba antes con la casa del coño, en comparación con estos de la capital.
En poco tiempo estabamos en la estación de Atocha, de bonita que es, es como San Telmo pero mucho mas grande con un parque lleno de flores, palmeras y arboles en el centro.
Desde allí cojimos un taxi hasta la casa donde vive mi nieto. Que grande es la ciudad, llena de gentes corriendo de aquí pa allá. Pues descansamos un rato y fuimos a ver la Puerta del Sol. Desde donde dan las campanadas de fin de año, que bonita es, con una estatua de un rey a caballo en el centro.
Nos sentamos a tomar algo porque a mi ya me dolían las patas y hacía calor. Vino el camarero y nos preguntó que queriamos pa beber, y digole yo dejeme un clipper, se me queda el hombre estrañado mirando pa mí y me dice y ¿eso que es?, mi nieto enseguida me dijo abuela que aquí no hay clipper y me trajeron un zumo fresquito, pero me qeudé con la magua de no tomarme el clipper.
Al día siguiente fuimos a ver el Palacio Real y la catedral, ay de lindo mis hijas, aquello es un sueño, digno de un rey jejeje.
Por dentro aquello es, unos techos pintados, estatuas, alfombras, vajillas, plata que hasta yo las quisiera pa mi casa. Mi nieto nos iba explicando que se entera de esas cosas, pa mi aquello es una maravilla. Aquel palacio es enorme, fuimos a la Capilla real y que linda es, con una gran cúpula y los asientos donde se sentaban los reyes.

Mi hijas estuvimos 5 días, y yo ya echaba de menos mi cama y mi casita. Como decía mi madre: mi casa Dios me la de por destierro. Como en la casa de una como en ningun lado mis hijas. Pero reconozco que me lo pasé bien y me gustó mucho. Llegué molida que cuando llegue a mi casa puse las piernas a remojo de lo que me dolian de tanto caminar. Despues un día nos llevó a la Gran Vía, aquella calle grande, llena de edificios preciosos y de gente, espichada no cabía un alma.
Yo estaba deseando llegar a mi casa y comerme un buen plato de puchero, eso si es comida. Pues que les digo mis hijas voy a poner las papas a sacochar pa almorzar y unos huevitos. Miren ustedes despues de vieja a los madriles. Yo casi por boba no voy asi que animensen a viajar con sus hijos que es lo mas bomito que hay. Yo creo que ya pa lo que me queda no viajaré mucho más, pero disfruté lo que pude. Un beso pa todas, salud y suerte.
Me alegra que le haya gustado el viaje, doña Fefa!! Si mire usted, que para ver sitios nuevos nunca es tarde. Cuídese mucho!
ResponderEliminarSi mi niña eso es verdad. Antes no se estilaba viajar tanto como ahora y lo maximo que había ido era a Tenerife a ver al Cristo, pero nunca es tarde si la dicha es buena. Salud y suerte.
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